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jueves, 13 de noviembre de 2008

Carlos Moya












El tenista español tiene 27 años, está 7º en el ránking mundial pero "roba" en la lista de los más lindos del tenis de la actualidad. En el último Abierto de Buenos Aires llegó a la final y levantó los mil y un suspiros. A solas con Para Ti negó rotundamente haber sido el tercero en discordia en la ruidosa ruptura del astro del fútbol chileno Iván Zamorano y su ex prometida modelo.

Es uno de los mejores tenistas del mundo, actual número 7 y modelo de la marca Nike. Participó en varios torneos de Grand Slam -los top del tenis internacional- y estuvo en la Argentina en el reciente Abierto de Buenos Aires, en el que cayó en la final frente al argentino Guillermo Coria. En nuestro país no sólo exhibió su gran performance sino que también despertó los suspiros de miles de mujeres que colmaron el Buenos Aires Lawn Tennis, y de las que lo vieron por tevé.

Carlos Moyá Llompart es de Palma de Mallorca, tiene 27 años -nació el 27 de agosto de 1976- y una pinta que lo hace parecer más a un actor de Hollywood que a un deportista. Y si algo le faltaba para terminar de atrapar es que en la intimidad hace sentir que una está charlando con un amigo y no con una figura de primer nivel, que desde que empuñó por primera vez una raqueta a los 6 años sabía que tenía destino de gloria.

"Y a los 9 competía. Empecé de chiquito y de a poco fui ganando en mi categoría y escalando puestos. Con el tiempo fui mejorando y acá estoy". Hoy su lugar es entre los mejores. "En el ´97 pegué un gran salto cuando llegué a la final en Melbourne, Australia, porque se me dio a conocer mundialmente. Hasta ese momento decían que era una gran promesa y un jugador joven con potencial… Pero llegar al Grand Slam de Roland Garros un año después y ganarlo me hizo llegar a otro nivel… Ese mismo año llegué a número uno -que era mi sueño- y desde ahí trabajo mucho por mantener una regularidad y un esfuerzo constante que me permiten seguir estando entre los primeros 10".

Cerquita de su nombre en el ránking figuran otros grandes y algunos nuestros: el 4º puesto es del argentino Guillermo Coria, David Nalbandian -en el 8º- está inmediatamente por debajo de Moyá y, arriba de todos, el suizo Roger Federer, en el Nº1. Pero se sabe que la intriga del tenis cambia semana a semana, la tabla se mueve mucho y los jugadores de desplazan como piezas de ajedrez. "No es fácil mantenerte en la cima porque siempre hay gente nueva. Gracias a Dios tengo la suerte de haber adquirido cierta regularidad y estoy orgulloso de eso. Hay que mejorar un poquito cada año y creo que lo conseguí. Ahora quiero llegar a número uno pero soy consciente de que para eso tengo que poner todo de mí y no va a ser fácil".

No es fácil por muchas razones -incluso anímicas- que Carlos tiene en cuenta. Así, nos confiesa que la distancia que lo separa de su país y de sus seres queridos importa muchísimo. "La comodidad que te da estar en tu casa y con tu familia no te la da ningún hotel en el mundo. Extraño mucho y por eso a veces mi hermano Andrés me acompaña en los viajes. Tengo otra hermana, Begonia, que esta casada y tiene 3 hijos. Y mis padres me apoyan en todo y están muy contentos con mi carrera. En mi tiempo libre me voy para Mallorca para estar con ellos y con mis amigos".

¿Culpable de ese amor?

¿Alguna novia? "Por el momento no tengo una novia ni lugar con ella al que tenga para volver", asegura. Y la advertencia interesa mucho porque algunas semanas atrás se dijo que Carlos Moyá habría sido "el culpable" de la sorpresiva ruptura del compromiso de casamiento del ex jugador chileno de fútbol Iván Zamorano y la modelo María Eugenia Larraín. En su defensa Carlos no negó conocer a la ex Miss Reef -fue nada menos que durante el último Día de los Enamorados- pero afirmó que entre ellos "no pasó nada" y también negó la supuesta cena romántica en un restaurante de Porto Pi de Palma, tal como publicaron algunos medios. "Para que te des una idea, yo ese día salí a cenar pero no fue con ella y la verdad es que de estos rumores nefastos yo salí casi más perjudicado que ellos dos, ya que mi nombre ha salido en la prensa sin tener nada que ver con esa ruptura", dice, repite y pide por favor terminar con el asunto.

Enseguida retoma las riendas de la charla diciendo que el tenis es su gran amor… "Pero la vida es el juego más excitante, defintivamente. Me gusta vivirla día a día y pasarla lo mejor posible. Me encanta estar en mi país, donde también me dedico al surf. De no haber sido tenista me hubiera dedicado a eso… ¡o al Play Station!… Soy fanático de los video juegos, parezco un nene de 12 años". Como para confirmar que vive a pleno también nos recuerda que hasta se animó a hacer cine -hizo de entrenador de tenis en la comedia de acción española Torrente II- y también se dedica a realizar obras de caridad en Mallorca. "Esas cosas hay que mantenerlas para uno y no andar exhibiendo lo que haces por el resto. Sólo me gusta ver crecer a mi país", remata humildemente, y muy relajado a la sombra de una gran sombrilla en un hotel porteño. De regreso a su país lo espera otra vez su intensa rutina: "Entreno todos los días. A la mañana juego al tenis, hago actividad en el gimnasio y running, y a la tarde continúo con más tenis. Cuando vuelvo a casa como lo que quiero y duermo muy bien", aclara a esta cronista que estableció el primer contacto con el astro español en la disco Buenos Aires News, donde se realizó la fiesta del torneo ATP.

"Muchas veces esta vida se hace difícil y pensás en largar todo. En el 99, por ejemplo, tuve una fractura de vértebra durante un entrenamiento y pasé de estar en el puesto 10 al 60. Y cuando volvés a jugar y te va mal, creés que perdiste todo… Pero el tenis sigue siendo muy motivador para mí, así que cuando superás las dificultades y recuperás la posibilidad de competir y jugar en finales, las fuerzas para seguir siempre vuelven".


Fuente: Para Ti
Texto Delfina Moyano Fotos Eikon

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